Sus características demográficas, culturales y la expansión de la tecnología son muy atractivas para las empresas de este sector.
El tamaño del mercado de los juegos de azar y las apuestas ya superó, el año pasado, el billón de dólares. Y las previsiones son que siga creciendo, pudiendo llegar a 1,4 billones a final de esta década. De esta cifra, destaca el papel cada vez mayor de la modalidad online, que se ha mostrado como uno de los responsables del crecimiento mencionado. Este entorno ha permitido una mayor accesibilidad para los usuarios y, al mismo tiempo, debido a su auge, la presencia de más empresas disponibles en la red.
Estas plataformas mantienen una importante competitividad y una de sus bazas está basada en la variedad de la oferta. Se pueden encontrar diversos ejemplos al respecto; uno de ellos es el amplio
catálogo de tragamonedas que posee en línea la empresa Betano, con una extensa variedad de géneros, para que cualquier usuario pueda elegir la temática que más se ajusta a sus preferencias. También el uso de la tecnología más puntera les sirve como activo para destacar. Pero, para poder continuar su consolidación, precisan abordar a fondo algunos mercados estratégicos.
De entre todos ellos, Latinoamérica se está convirtiendo en uno de los más interesantes. ¿Por qué? Bien, los motivos son diversos. En primer lugar, a nivel demográfico es obvio que se trata de un público potencial con muchas posibilidades. La región de América Latina y el Caribe suma más de 630 millones de personas. Por otra parte, muchos de estos países han manifestado una decidida expansión tecnológica en los últimos años, mejorando sus infraestructuras de comunicaciones,
tanto para redes fijas como móviles.
Este nuevo panorama permite una mayor penetración de los servicios en línea, como el casino digital, así como de los juegos de última generación que ofrece (tragamonedas modernos, casino en vivo, etc.) y que requieren de conexiones rápidas y estables. Con esta modernización, también llega una mayor generalización de la cultura digital, que propicia que más consumidores utilicen este entorno para actividades que, tradicionalmente, se desarrollaban de forma presencial, lo cual afecta a sectores como el eCommerce, la banca electrónica y, por supuesto, el casino online.
Otro factor interesante es el de la lengua común. Si bien es cierto que cada país tiene sus propias características en este aspecto, la utilización del español como idioma facilita tanto las promociones como la traducción de muchos de los juegos, ahorrando costos a estas empresas. Además, existe en la región una interesante cultura vinculada a las apuestas deportivas, que se han realizado históricamente; teniendo en cuenta que algunas de estas plataformas digitales ofrecen ambos servicios (pronósticos deportivos y casino), la posibilidad de llegar al público con estos juegos es mayor.
Por supuesto, no todo es favorable. La regulación legal cambia enormemente de un país a otro. Incluso, en algunos países, esta legislación varía entre provincias, como ha ocurrido en Argentina. Pero la posibilidad de conseguir riqueza nacional mediante los impuestos generados por estas plataformas podría ser un importante motivador para que se llegase a un marco legal más estandarizado, lo cual podría beneficiar a los propios consumidores, ya que se centraría la actividad en operadores legítimos y se cerraría la puerta a otros de naturaleza más dudosa.
En resumen,
el crecimiento anteriormente expresado de este mercado pasa, necesariamente, por la consolidación del entorno online en la región de Latinoamérica. Los principales operadores ya hace algunos años que han empezado relevantes campañas en la región para llegar a este interesante público potencial. Su accesibilidad y la capacidad de innovación son claves para poder seguir sumando clientes.