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13.09.2012
“Hay una sobrevaloración de la medida del rating”
Lo dijo el guionista Mario Segade sobre las mediciones y su relación con los productos televisivos. En diálogo con Totalmedios, el creador de éxitos como “El puntero”, habló sobre la ficción y el trabajo del guionista. Además adelantó su nuevo proyecto en Pol-ka donde actuará Adrián Suar.
Mario Segade cuenta con una amplia trayectoria como escritor, y desde que comenzó en televisión con “Verdad/ Consecuencia”, ha conmovido con programas como “Vulnerables”, o “Resistiré” -escritos junto a Gustavo Belatti-. “El puntero”, la primera serie de TV que escribió en soledad, ganó el reconocimiento de la audiencia, el Martín Fierro de Oro y generó debates en todos los ámbitos.
Totalmedios: ¿Cómo ve el panorama general de la televisión en la actualidad, y el lugar de la ficción en particular?
Mario Segade: Me parece que hay como una sobrevaloración de la medida del rating. El rating cumple una misión que siempre fue la comercial, pero eso se fue como tergiversando, y hoy pareciera que el rating expresa medidas de calidad artística, y no era así antes. En los programas que hice mirábamos la planilla de rating y queríamos que fuéramos los más vistos, pero no estaba tan masivisado el hecho de que -aparentemente, esto me parece que lo instalaron algunos periodistas y medios – rating es igual a calidad. Eso me parece que joroba un poco a la ficción, porque le da poco tiempo a desarrollarse. A la vez, yo siempre digo que los autores estamos como obligados a hacer de esa desventaja una virtud. Entonces, nos obliga a desarrollar otro tipo de narrativas, que tienen que ver con algo más inmediato, que sucedan más cosas. Esto es un desafío que si uno puede abstraerse de que tiene que ver con lo comercial, también puede -bah, yo creo en eso- derivarse en algo artístico y creativo.
T.: ¿Cómo siente que fue cambiando su modo de escribir en estos años, en relación con el contexto y la realidad del país?
M.S: Me parece que el escritor de tele, y en general los artistas de la televisión en programas de estos -tipo verosímiles- van acompañando el cambio social. No era lo mismo escribir Verdad/ Consecuencia -donde estábamos en la mitad de la década del 90’, con un tipo de conflictiva social muy determinada, en el auge del menemismo y demás- que escribir hoy, en donde cambió la política, nos pasó el 2001 por encima, crecimos, y nos han pasado muchas cosas que se ven reflejadas, sin duda, en todo lo que hace a lo audiovisual: en cómo hablan, en cómo se expresan los personajes, y en cómo se ve la tele también. Cómo se expresan esos personajes hoy, 2012, es diferente a lo que eran las escenas hace 15 años atrás. Me parece que eso es un cambio al que está bueno estar atento.
T.:¿Cuánto tiempo cree que tiene que tener un programa en televisión, a nivel artístico?
M.S: Hay una medida, que es que un programa, una serie, son 13 capítulos, como para poder desarrollar un cuento, o varios: hacer una estructura de presentación, de desarrollo de esos conflictos, de resolución de los mismos, y que el espectador pueda empatizar con esos personajes, y etcétera. En una tira diaria, o en una telenovela y demás, son 120 episodios más o menos, que son 6 meses, que es lo mínimo que están normalmente cuando funcionan bien. Si funcionan mejor a veces duran más, pero me parece acá es un poco esa la medida. Lo que sucede es que, bueno, también puede haber formatos que se planteen para menos capítulos, o para más. Lo que sí está bien es saber de antemano cuántos capítulos van a ser, que la producción pueda manejar ese número. Por lo general no pasa siempre, esa es la verdad.
T.: ¿Qué cree que tiene que tener un guión de televisión para enganchar al espectador, teniendo en cuenta la diferencia entre el público de TV y el que va al cine, por ejemplo, o el de teatro?
M.S: Yo no hago una diferencia, cuando me toca escribir. Me ha tocado escribir las tres experiencias: teatro, televisión y cine. Son esquemas de escritura y de trabajo muy diferentes, pero yo como artista me paro siempre frente a eso como si yo estuviera viendo. ¿Y a mí qué me pasa como espectador? Quiero que me cuenten una historia que me atrape rápidamente, que yo pueda vincularme con esos personajes y esa historia desde un lugar de interés. Me parece que una historia lo que tiene que tener es vericuetos dramáticos que hagan que te quedes interesado en eso.
T.: ¿Cómo fue la experiencia de “El puntero”, y cómo funcionó la relación entre realidad y ficción, teniendo en cuenta el contexto de que se transmitió en un año de elecciones?
M.S: Yo uso mucho la realidad en los unitarios, y en “Resistiré” también la usamos. Es una referencia, no con nombres propios, pero sí una referencia social en donde la historia sucede. Yo siempre digo: “Uno es autor en su aldea”, yo no sé si podría hacer este trabajo en otro país. Me parece que uno no es una réplica que va por todos lados. Creo que en mi obra son personajes de lo que yo conozco. “El puntero”, además, particularmente, trataba de un personaje que estaba metido en el mundo de cierto aspecto de la política, con un correlato verosímil, no real. Uno imagina cómo son esos tipos, pero no es que era un documental sobre los punteros del conurbano. Y generó lo que generó, y era parte de la idea del programa, que generara un poco la discusión en un momento político muy elevado. A mí me fascinó meterme en ese momento con ese programa. Me parece que ahí fue muy interesante la idea de la productora de Suar, de querer hacer ese programa en ese momento. Habíamos hablado de este programa en el 2004, o sea que tuvo como una espera importante.
T.: ¿Y por qué cree que tuvo esa repercusión, y generó esa reacción en la audiencia?
M.S: Me parece que tenía una mirada híper realista, y estaba muy bien hecho, muy bien actuado, muy bien dirigido, muy bien producido. Creo que rápidamente entró como en un abecedario de lo que el espectador entiende. Me parece que tuvo un nivel de identificación, que gustaba, y que tenía humor, un combo de asuntos que resultó interesante.
T.: ¿Y cómo fue el proceso para escribir sobre esos personajes, recurrió a un imaginario, o a una investigación?
M.S: Hay un imaginario siempre, el autor siempre convive con el oído muy afinado, y yo estaba por hacer una serie de punteros, que es un universo que a mí me interesa y me gusta. Yo consumo esa literatura, me gusta leer ensayos sobre la política del conurbano, leo los diarios, me atrae, y hoy con la diversidad de redes y demás, lo que quieras lo podés tener. Además, sí me dirigí a ver, a observar y a entrevistarme con gente muy puntual, desde un trabajador social, o un cura obrero, un intendente, y con dos o tres más, como cinco. Estructuralmente yo sabía qué programa iba a hacer, por dónde iba a ir, más allá de estas entrevistas, pero había algo del oído que me parece que necesitaba, y de mirarlos. Fui a un municipio, en donde vi, estuve dos horas reunido con el intendente, que me recibió muy amablemente, pero a mí lo que más me pegó de ese encuentro fue todo el ámbito: la llegada, la recepción, los personajes que ahí trabajaban, la recepcionista, cómo me llevaron hasta la oficina del intendente. Todo eso fue como Disneylandia para mí. Los autores estamos muy entrenados para tomar de esas cosas.
T.: ¿Cuáles son sus proyectos a futuro?
M.S: Ahora estoy en un desafío grande en la tele, empezando a armar una tira, una comedia, para Pol-ka, en la que Suar va a actuar, y me tiene muy entusiasmado, porque como nunca trabajé con él como actor en la tele. Estoy con eso, armando los primeros capítulos, y me divierto mucho. Me gusta hacer saltos temáticos en la tele, pasar de “El puntero”, que era como desgarradora, de muerte y de llanto, a esto que es más una comedia -con algunos toques, pero comedia- para horario prime-time, 9.30 de la noche. Por otro lado, estoy terminando un guión de cine, para ver si el año que viene, probablemente haga mi debut como director, y siempre con algunas cosas de teatro, que por ahí se dan. En principio, eso es en lo que estoy ahora.
Totalmedios: ¿Cómo ve el panorama general de la televisión en la actualidad, y el lugar de la ficción en particular?
T.: ¿Cómo siente que fue cambiando su modo de escribir en estos años, en relación con el contexto y la realidad del país?
M.S: Me parece que el escritor de tele, y en general los artistas de la televisión en programas de estos -tipo verosímiles- van acompañando el cambio social. No era lo mismo escribir Verdad/ Consecuencia -donde estábamos en la mitad de la década del 90’, con un tipo de conflictiva social muy determinada, en el auge del menemismo y demás- que escribir hoy, en donde cambió la política, nos pasó el 2001 por encima, crecimos, y nos han pasado muchas cosas que se ven reflejadas, sin duda, en todo lo que hace a lo audiovisual: en cómo hablan, en cómo se expresan los personajes, y en cómo se ve la tele también. Cómo se expresan esos personajes hoy, 2012, es diferente a lo que eran las escenas hace 15 años atrás. Me parece que eso es un cambio al que está bueno estar atento.
T.:¿Cuánto tiempo cree que tiene que tener un programa en televisión, a nivel artístico?
T.: ¿Qué cree que tiene que tener un guión de televisión para enganchar al espectador, teniendo en cuenta la diferencia entre el público de TV y el que va al cine, por ejemplo, o el de teatro?
M.S: Yo no hago una diferencia, cuando me toca escribir. Me ha tocado escribir las tres experiencias: teatro, televisión y cine. Son esquemas de escritura y de trabajo muy diferentes, pero yo como artista me paro siempre frente a eso como si yo estuviera viendo. ¿Y a mí qué me pasa como espectador? Quiero que me cuenten una historia que me atrape rápidamente, que yo pueda vincularme con esos personajes y esa historia desde un lugar de interés. Me parece que una historia lo que tiene que tener es vericuetos dramáticos que hagan que te quedes interesado en eso.
T.: ¿Cómo fue la experiencia de “El puntero”, y cómo funcionó la relación entre realidad y ficción, teniendo en cuenta el contexto de que se transmitió en un año de elecciones?
M.S: Yo uso mucho la realidad en los unitarios, y en “Resistiré” también la usamos. Es una referencia, no con nombres propios, pero sí una referencia social en donde la historia sucede. Yo siempre digo: “Uno es autor en su aldea”, yo no sé si podría hacer este trabajo en otro país. Me parece que uno no es una réplica que va por todos lados. Creo que en mi obra son personajes de lo que yo conozco. “El puntero”, además, particularmente, trataba de un personaje que estaba metido en el mundo de cierto aspecto de la política, con un correlato verosímil, no real. Uno imagina cómo son esos tipos, pero no es que era un documental sobre los punteros del conurbano. Y generó lo que generó, y era parte de la idea del programa, que generara un poco la discusión en un momento político muy elevado. A mí me fascinó meterme en ese momento con ese programa. Me parece que ahí fue muy interesante la idea de la productora de Suar, de querer hacer ese programa en ese momento. Habíamos hablado de este programa en el 2004, o sea que tuvo como una espera importante.
T.: ¿Y por qué cree que tuvo esa repercusión, y generó esa reacción en la audiencia?
M.S: Me parece que tenía una mirada híper realista, y estaba muy bien hecho, muy bien actuado, muy bien dirigido, muy bien producido. Creo que rápidamente entró como en un abecedario de lo que el espectador entiende. Me parece que tuvo un nivel de identificación, que gustaba, y que tenía humor, un combo de asuntos que resultó interesante.
T.: ¿Y cómo fue el proceso para escribir sobre esos personajes, recurrió a un imaginario, o a una investigación?
M.S: Hay un imaginario siempre, el autor siempre convive con el oído muy afinado, y yo estaba por hacer una serie de punteros, que es un universo que a mí me interesa y me gusta. Yo consumo esa literatura, me gusta leer ensayos sobre la política del conurbano, leo los diarios, me atrae, y hoy con la diversidad de redes y demás, lo que quieras lo podés tener. Además, sí me dirigí a ver, a observar y a entrevistarme con gente muy puntual, desde un trabajador social, o un cura obrero, un intendente, y con dos o tres más, como cinco. Estructuralmente yo sabía qué programa iba a hacer, por dónde iba a ir, más allá de estas entrevistas, pero había algo del oído que me parece que necesitaba, y de mirarlos. Fui a un municipio, en donde vi, estuve dos horas reunido con el intendente, que me recibió muy amablemente, pero a mí lo que más me pegó de ese encuentro fue todo el ámbito: la llegada, la recepción, los personajes que ahí trabajaban, la recepcionista, cómo me llevaron hasta la oficina del intendente. Todo eso fue como Disneylandia para mí. Los autores estamos muy entrenados para tomar de esas cosas.
T.: ¿Cuáles son sus proyectos a futuro?
M.S: Ahora estoy en un desafío grande en la tele, empezando a armar una tira, una comedia, para Pol-ka, en la que Suar va a actuar, y me tiene muy entusiasmado, porque como nunca trabajé con él como actor en la tele. Estoy con eso, armando los primeros capítulos, y me divierto mucho. Me gusta hacer saltos temáticos en la tele, pasar de “El puntero”, que era como desgarradora, de muerte y de llanto, a esto que es más una comedia -con algunos toques, pero comedia- para horario prime-time, 9.30 de la noche. Por otro lado, estoy terminando un guión de cine, para ver si el año que viene, probablemente haga mi debut como director, y siempre con algunas cosas de teatro, que por ahí se dan. En principio, eso es en lo que estoy ahora.
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