El próximo 14 de febrero se celebrará, una vez más, el día de los enamorados. Por este motivo, la central de medios epm Gustavo Quiroga desarrolló un informe para conocer el perfil que muestran aquellos que están atravesados por la flecha de Cupido y aquellos que no.
El 14 de febrero de cada año se festeja el día de los enamorados. Sin duda es una de las fechas donde la mayoría de las personas quisieran sentirse involucradas. Es que ¿quién no quisiera estar enamorado? En las principales ciudades de nuestro país los individuos sin pareja superan en un 22% a aquellos que sí la tienen (estén o no casados). Si entre todos aquellos mayores de 15 años realizamos un “perfil” de cada uno de estos dos grupos, encontramos que el rango etareo es la variable que mejor los caracteriza. El 60% de las personas que se encuentran casadas o en pareja tiene entre 35 y 64 años, mientras que entre los que están sin pareja, casi el 62% posee entre 15 y 34 años. Resulta interesante destacar que a la hora de encontrar la media naranja, los hombres son más afortunados que las mujeres y que los individuos de nivel socioeconómico alto y bajo tienen más chance de hacerlo que aquellos de nivel medio.
Considerando los distintos perfiles antes mencionados, nos pareció interesante indagar qué cosas, además de las mariposas en el estómago, diferencian a los enamorados de aquellos que no tienen pareja. También averiguamos cuáles son las características comunes a ambos grupos de individuos.
Hay una canción que dice “no se puede vivir del amor..” y parece que los enamorados están de acuerdo, ya que tanto las personas que se encuentran acompañadas como las que no, tienen expectativas económicas similares. Algo más de un tercio de cada grupo cree que su situación no se modificará demasiado en los próximos 12 meses.
En cuanto a las expectativas de acontecimientos por vivir en el próximo año, los enamorados y aquellos que no tienen pareja, muestran marcadas diferencias. Los primeros tienen mayor predisposición a encarar proyectos que estén relacionados a la conformación de la familia y la estabilidad de la misma. Por ejemplo: "Hacer reformas en el hogar", "comprar una casa" o “el nacimiento del primer hijo”. Dentro de este mismo grupo, pero entre los individuos de más edad, las expectativas pasan por: “la boda” o “el ingreso a la universidad” de los hijos. Diferente es el caso de los que se encuentran solos, ya que sus prioridades apuntan principalmente a ganar su independencia económica o formarse profesionalmente. Entre las opciones más mencionadas figuran el querer "irse de la casa de los padres", "conseguir su primer trabajo" y "empezar la universidad" (Vale recordar que la mayoría de los del grupo de los “solteros” pertenece a un rango etareo más joven que los que están casados o en pareja y esta diferencia de edad puede ser determinante a la hora de elegir prioridades).
En general, las personas casadas o en pareja, disfrutan del tiempo que pasan con la familia. Son muy hogareños e incluso siempre están buscando la manera de mejorar la casa. Son personas que prefieren pasar una noche tranquila en el hogar a salir. Le dan un lugar de vital importancia a la cocina y gustan de recibir gente. Es un grupo que otorga vital importancia al trabajo y a su estabilidad, incluso algunos llegan a definirse como adictos al mismo. Resulta interesante destacar que, para muchos dentro de este grupo, la fe tiene una gran importancia.
Por otro lado, aquellos que no tienen pareja se muestran aparentemente más emprendedores, ya que muchos preferirían tener su propio negocio. Son personas inquietas, aventureras, a las que les gustan los cambios y que disfrutarían mucho de viajar al exterior. En cuanto a lo laboral, son competitivos y quieren mejorar su posición laboral. Son personas egocéntricas y se preocupan mucho por sí mismos. La dan un lugar importante a la apariencia, e incluso llegarían a realizarse cirugías estéticas para mejorarla.
Entre las características comunes a los dos grupos, se encuentran: considerar a la educación como medio para garantizar un buen futuro y preferir disfrutar del tiempo más que ganar dinero. Además, tanto la mayoría de los que tienen pareja como los que no, se definen como perfeccionistas y creen que la responsabilidad del hogar debe ser compartida.
En cuanto al tipo de actividades recreativas que suelen realizar, los casados o en pareja tienen mayor afinidad por pasatiempos como “jardinería/paisajismo”, “realizar crucigramas”, “ir a museos” o “decorar el hogar”. Mientras que aquellos que no poseen pareja muestran mayor afinidad a realizar actividades como “salir a bailar”, “salir a tomar algo”, “practicar algún deporte” o “tomar clases”, por ejemplo, de danzas o de algún instrumento musical. Es decir, estos últimos parecen tener una vida más activa socialmente que aquellos que fueron alcanzados por la flecha de Cupido.