Walter Burzaco presidente de ATVC participó de las audiencias publicas del proyecto de ley de radiodifusión. Allí señaló que una nueva Ley no debe destruir la industria. Dijo que desprotege las PYMES y las deja a merced de monopolios de servicios públicos.
Burzaco destacó durante su exposición “La televisión por Cable, fiel en su compromiso ciudadano, con más de cuarenta años como herramienta de pluralidad e integración nacional, ha estado dispuesto al debate, así como en esta oportunidad. El plazo, inédito por lo inmediato, planteado para la Audiencia, constituye una desigualdad. No es posible prepararse en menos de tres días, en función de un Proyecto de 157 artículos y diversos expedientes, sobre todo para exponer las oposiciones y riesgos para una Industria Nacional compuesta por más de 700 empresas, su mayoría PYMES que dan servicio y voz a más de 1500 localidades del interior de interior. Quiero señalar que pedimos más tiempo por nota a la Comisión de Comunicaciones, que no fue considerada, así como tampoco se nos notificó con tiempo de nuestro turno pero sí se nos exigió una copia del Documento previa a la exposición. Damos más información nosotros que la que se nos reconoce como derecho.”.
Muchos operadores de televisión por Cable hubieran querido participar, para ello es necesario disponer una nueva convocatoria, con condiciones que garantice el ejercicio adecuado de los derechos de acceso a la información —con efectiva posibilidad de análisis para la posterior redacción de ponencias a ser presentarlas ante el pleno de comisiones—, y de participación ciudadana en la elaboración de políticas públicas. Este proyecto, que declama el derecho ciudadano al acceso a la información lo niega en su génesis, deniega así la posibilidad real de participación de comunidades que tienen en el Cable el único medio.”.
Continuo “Siempre debatimos, en el año 2005, el consenso modificó el artículo 45 de la actual Ley. Se incorporo el ingreso de las organizaciones sin fines de lucro a la radiodifusión. El debate fue en el seno de la sociedad civil, con arbitrio del Congreso, pero por iniciativa de los actores de la comunicación y las comunidades. Esta es la experiencia más reciente, donde debatimos para aportar a la nación.
En esta oportunidad, queremos debatir uno por uno todos los absurdos que contiene el Proyecto, como el germen de la entrega de una Red de Televisión por Cable plural, de más de 700 empresas, para que sea desmantelada por dos empresas telefónicas extranjeras o por un sinnúmero de cooperativas de servicios públicos que prestan múltiples servicios con exclusividad en las localidades del interior.
Para dar el debate técnico, específico del sector, ante legisladores que necesitan conocer bien la industria que van a regular, consideramos que es inapropiado, y hasta extorsivo, empujar una aprobación a todo o nada en el contexto de la relación actual que muestra el gobierno hacia los medios de comunicación. Es imprescindible dar un tiempo para el debate amplio. Esta es una ley esencial para todos, que va a regular los derechos de expresión, información, comunicación, formación y entretenimiento, amerita seriedad y generosidad intelectual y política.
Tan sólo en el Cable somos más de 14.000 familias que bregamos todos los días por el pluralismo. Sabemos, conocemos y aportaremos mucho más que los advenedizos que buscan agregar ingresos a sus redes hegemónicas, o viene detrás de poder y protagonismo, pero nunca por patriotismo.
Para evitar la extorsión, insistimos en que se contemplen nuestros reclamos —nunca atendidos— sobre los aspectos destructivos que tiene el Proyecto de Ley para nuestra industria. No queremos que se terminen cercenando libertades de los ciudadanos que reciben nuestros servicios.” enfatizó en el primer tramo.
Respecto de las consideraciones de la ley, describió “El Proyecto amenaza la libertad de expresión y de prensa, pretende transformar —para peor— el esquema de producción de contenidos de más de 600 señales locales independientes y de importantes señales nacionales que circulan información y opinión plural a todo el país, garantías de la libertad de expresión. Lejos del espíritu democrático de liberar a los medios de la presión del Estado, este Proyecto los acorrala. Hoy en la Argentina, las señales de Cable que emiten deportes, noticias o entretenimientos son de libre creación y circulación. Se las asimila a los diarios, revistas y sitios de Internet. ¿Por qué son libres? Porque no utilizan el espectro radioeléctrico, que es regulado por el Estado al ser limitado y considerado recurso escaso. Pero las señales de Cable no operan en el espectro radioeléctrico.
Es así arbitraria la limitación para los Cables, las 600 señales de producción local, se reducirán a 300 localidades con información regional. Un verdadero atropello a la pluralidad informativa, a la defensa de la cultura local y regional, y un avasallamiento más al federalismo con la intención de imponer mensajes centralistas.
Esto sumado al ingreso de las empresas de telecomunicaciones extranjeras, mediante una Ley que contempla en ello tres excepciones a leyes anteriores, más el ingreso de las cooperativas de Servicios Públicos y la obligación de liberarse de señales de aire, construye un esquema de restricción de derechos, intervención del Estado y entrega de empresas nacionales y soberanía cultural”.