En los últimos 15 años, la cantidad de mujeres al volante en Argentina creció del 24% al 35% del total de licencias de conducir. Hoy, más de cinco millones de mujeres manejan en el país, un cambio cultural que transforma la movilidad y abre camino también en el transporte profesional.
El volante ya no es territorio exclusivo de los varones. Según los últimos datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), hoy el 34,6% de las licencias de conducir particulares vigentes en Argentina (4.964.301) pertenecen a mujeres. En 2009 esa cifra era del 24%. Un crecimiento sostenido que refleja un cambio profundo en la relación de las mujeres con la movilidad, la autonomía y el espacio público.
El fenómeno se ve tanto en autos como en motos. En este último segmento, las mujeres representan el 27,3% del total de licencias vigentes (ANSV). En la Ciudad de Buenos Aires, durante 2023 se otorgaron 577.912 licencias de conducir, de las cuales el 36% correspondió a mujeres (208.334).
Sin embargo, la brecha de género sigue siendo marcada en las categorías profesionales, vinculadas al transporte de cargas y pasajeros. Hoy, las mujeres representan solo:
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El 1,16% en camiones articulados o maquinaria pesada (8.878 licencias) – Clase E
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El 1,64% en camiones sin acoplado, tráiler o casa rodante (11.147 licencias) – Clase C
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El 5,14% en transporte de pasajeros (63.312 licencias) – Clase D
Los números muestran un avance, pero también ponen en evidencia que todavía quedan barreras culturales, estructurales y simbólicas por derribar.
Un proyecto premiado que impulsa autonomía y transformación
En este contexto de cambio, la comunidad Mujeres al Volante, creada por Luly Dietrich en 2009, se consolidó como una comunidad de referencia en Argentina y la región. Su propósito no es únicamente lograr que más mujeres manejen y que las que conducen lo hagan con aún más independencia, sino impulsar la autonomía personal, fortalecer la confianza, acompañar procesos de autoconocimiento y promover una transformación profunda en la manera en que las mujeres se vinculan con la movilidad y con ellas mismas.
Hace unos meses, en el marco del Reconocimiento Anual Mujeres en Ruta 2025, impulsado por el Observatorio Latinoamericano de Género y Movilidad, Luly Dietrich fue distinguida en la Ciudad de Buenos Aires en la categoría “Mujeres Referentes de la Movilidad”, por el impacto social y cultural de su trabajo. Más tarde, cada ganadora de las distintas ciudades de Latinoamérica participó del Concurso Internacional, en el que Luly volvió a ser reconocida, esta vez como Mujer Referente de la Movilidad de Latinoamérica.
El reconocimiento pone en valor un aspecto central: el poder de manejar va mucho más allá de la conducción en sí misma. Representa independencia, libertad de decisión, conexión con las propias emociones, conciencia en el espacio público y la posibilidad de convertirse en agente de cambio en las calles. La experiencia de estar al volante se transforma, en este sentido, en una herramienta de crecimiento personal, empoderamiento colectivo y transformación social. Además, obtener la licencia de conducir abre una puerta fundamental: la posibilidad de acceder a más oportunidades laborales, incluso sin tener auto propio. En muchos trabajos, contar con licencia es un requisito que amplía horizontes, genera autonomía económica y habilita caminos que de otra manera quedarían limitados. Manejar, entonces, no es solo moverse: es habilitarse para crecer.
Mujeres en Ruta es una iniciativa que busca visibilizar el aporte de mujeres de empresas públicas y privadas, organizaciones de la sociedad civil y el ámbito académico en materia de transporte. El programa reconoce trayectorias, prácticas y proyectos que promueven la igualdad de oportunidades y el empoderamiento femenino, con el propósito de destacar liderazgos con perspectiva de género e inspirar cambios que fortalezcan la inclusión en el sector.
Hoy, Mujeres al Volante reúne a más de 1.000.000 de mujeres y continúa expandiendo su propuesta a través de talleres, capacitaciones, encuentros presenciales y espacios de formación como la Universidad del Auto, consolidándose como una comunidad que transforma la movilidad en una herramienta de libertad, conciencia y evolución personal.
Transformación global
La mayor participación femenina en la conducción es parte de un movimiento mundial. En España y Alemania el 43% de las licencias ya son de mujeres; en Canadá y Nueva Zelanda, el 49%; en Israel, el 45%.
En Chile, la cifra ronda el 33%. En Colombia, el 30%. En Ecuador el 28% y en Perú el 15%. Brasil el 35%. Panamá el 27%. Guatemala el 31%. Costa Rica el 32%
Latinoamérica avanza en la misma dirección, aunque aún con desafíos pendientes, especialmente en los sectores profesionales. El crecimiento es claro, el cambio cultural está en marcha y la transformación continúa impulsada por miles de mujeres que, cada día, se animan a tomar el volante, de su vehículo y de su vida.