En un escenario donde las pymes aún dependen de procesos tradicionales, Prometheo se posiciona como un actor clave del open commerce en América Latina. Con inteligencia artificial aplicada a la atención, ventas y gestión, busca democratizar la tecnología para que pequeños comercios compitan en igualdad de condiciones frente a grandes jugadores.
En los márgenes del comercio global, donde la tecnología suele llegar tarde y las oportunidades se reparten con desigualdad, las pymes siguen siendo el músculo silencioso de las economías emergentes.
En países como Argentina, el comercio minorista de bienes de consumo masivo —alimentos, artículos de limpieza, productos de cuidado personal— se sostiene sobre una red de pequeños negocios: kioscos, autoservicios, despensas barriales y supermercados de cercanía. Este ecosistema, que representa la mayor parte de la oferta minorista, opera con procesos obsoletos, sin digitalización, sin visibilidad en la cadena de suministro y con una dependencia casi total del efectivo y el lápiz y papel. Según datos de
Statista, estos productos generan el 63,8 % de los ingresos minoristas a nivel global, y en Argentina son comercializados principalmente por pequeños comercios que enfrentan serias limitaciones para competir.
En Argentina, más de medio millón de nuevos compradores se sumaron al canal online en 2024, según la
Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE). Seis de cada diez consumidores ya realizan al menos una compra digital al mes, y el e-commerce mostró un crecimiento en la facturación del 181 %, muy por encima de la inflación interanual. Las categorías más dinámicas incluyen alimentos, bebidas y artículos de limpieza, es decir, los mismos productos que venden los pequeños comercios. Sin embargo, el maridaje entre estos dos mundos —el minorista tradicional y el comercio digital— aún no ocurre.
El comercio electrónico tradicional no las ayuda: es depredador, centralizado y diseñado para beneficiar a los grandes proveedores de tecnología que controlan los datos y las cadenas de suministro.
Según el
Estudio Anual 2024 de
CACE, el número de unidades vendidas superó los 504 millones, y el ticket promedio fue de $92.341, un 176 % arriba respecto al año anterior. A pesar de este volumen, gran parte del comercio de bienes de consumo todavía depende de procesos tradicionales fuera de línea, donde las transacciones en efectivo, la gestión manual de inventario y la falta de visibilidad en toda la cadena de suministro son comunes.
En este contexto, el concepto de open commerce emerge como una alternativa transformadora. No se trata de una plataforma más, sino de una filosofía que busca abrir el acceso a herramientas digitales, descentralizar el poder y permitir que los pequeños jugadores compitan en igualdad de condiciones.
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El open commerce propone digitalizar las cadenas de suministro existentes en lugar de reemplazarlas, y estructurar un ecosistema que escale desde la base, generando mayor poder de compra para los pequeños comercios. La idea es simple pero poderosa: ofrecer mejores precios mediante mayor competencia, ampliar las opciones de surtido y facilitar la operación con soluciones tecnológicas accesibles", asegura
Martín Pilossof, cofundador de
Prometheo.
Su plataforma, que nació como una solución interna para responder consultas técnicas en redes sociales, hoy permite que cualquier comercio automatice su atención, gestione ventas y escale su operación sin sumar personal. "
Nuestra misión es clara: ayudar a comercios y pymes a no perder ni una sola venta por falta de atención o gestión", agrega
Juan Stein, también cofundador.
Prometheo se conecta con los canales donde los clientes ya están —WhatsApp, Instagram, tiendas online— y responde en tiempo real utilizando toda la información del negocio. La IA no solo atiende, sino que vende, clasifica leads, prioriza oportunidades y permite que los equipos humanos se enfoquen en lo que realmente importa. "
No lo diseñamos para reemplazar a nadie, sino para potenciar al equipo de ventas", explican. En los comercios que lo usan, el impacto es directo: más ventas, más eficiencia, más tiempo libre. Y lo mejor: no hace falta saber programar. En cinco minutos, cualquier comercio puede tener su agente de ventas activo.
La inteligencia artificial, en este marco, no es un lujo ni una promesa futurista. Es la herramienta que puede hacer posible esa transformación. "
La IA está al alcance de todos. Implementarla no requiere inversión millonaria ni conocimientos técnicos", suma
Pilossof.
Soluciones como
Prometheo encarnan el espíritu del open commerce: tecnología accesible, interoperable, pensada para empoderar y no para controlar. "
Hoy, la cadena de valor tradicional está rota. La relación con el cliente se volvió directa, inmediata y personalizada", reflexiona
Pilossof. En ese escenario, la omnicanalidad ya no es una ventaja competitiva, sino una condición básica para sobrevivir. Y la IA irrumpe como un acelerador brutal, permitiendo automatizar procesos, entender mejor al cliente y tomar decisiones más rápidas.
Pero el desafío no está solo en abrir la puerta digital, sino en sostenerla abierta. "
Abrir un canal online es, literalmente, abrir un local que está abierto las 24 horas, los siete días de la semana. Si no tenés procesos claros, buena atención y capacidad de respuesta, esa inversión puede volverse contraproducente", advierte
Stein. La IA, bien aplicada, permite que esa operación sea sostenible, escalable y rentable. Y sobre todo, permite que las pymes se animen a invertir más en publicidad, sabiendo que pueden gestionar todo ese tráfico sin colapsar.
La experiencia de usuario también cambia. Un cliente que antes esperaba horas o días por una respuesta, ahora recibe atención inmediata, personalizada y resolutiva. "
El consumidor de hoy es mucho más exigente. Tiene más opciones, más información y menos paciencia. La inmediatez se volvió una expectativa básica", señala
Pilossof. Y esa expectativa no se limita a la entrega del producto, sino a cada punto de contacto: desde el primer mensaje hasta el pago, el retiro y la postventa.
La IA también está transformando la forma en que los comercios crean contenido, gestionan inventarios y fijan precios. Herramientas que antes eran exclusivas de las grandes empresas —análisis predictivo, retargeting omnicanal, automatización de carritos abandonados— hoy están disponibles para cualquier pyme que se anime a dar el salto. "
Los comercios terminan estando donde está el cliente. El desafío es seguirle el ritmo a una tecnología que avanza cada vez más rápido", reflexiona
Stein.
En ese sentido, el verdadero valor de la IA no está solo en lo que hace, sino en lo que habilita. Permite que las pymes se profesionalicen, que los pequeños comercios se digitalicen, que los negocios barriales compitan con las grandes marcas sin perder su identidad. "
Muchos de nuestros clientes no sabían lo que era un CRM, y Prometheo termina siendo su primer CRM", explican los fundadores de
Prometheo. Y ese primer paso puede marcar una diferencia abismal en su escala, su eficiencia y su capacidad de crecimiento.
Según datos de
ResearchGate, más del 70 % de las pymes en América Latina opera con niveles bajos de madurez digital, afectadas por barreras como conectividad limitada, escasez de talento especializado y falta de financiamiento. En países como Chile, Costa Rica, Brasil y Perú, los principales desafíos son aumentar ventas, adquirir clientes y mejorar la productividad, aunque el 95 % reconoce que la transformación digital aporta beneficios claros, según un estudio publicado en News Center de Microsoft Latinoamérica.
Según estimaciones de
Grand View Research, el mercado de inteligencia artificial en América Latina superará los 154.229 millones de dólares en 2030, con un crecimiento anual compuesto del 29,2 %.
En paralelo, el segmento de IA como servicio (AIaaS) podría multiplicarse por más de seis hacia ese mismo año, lo que representa una oportunidad histórica para las pymes que logren adaptarse.
Datos de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) marcan que la inteligencia artificial generó 70.748 millones de dólares en 17 países de la región en 2023, equivalente al 1,11 % del PIB, y podría influir en el 44 % de la fuerza laboral en los próximos años.
En Colombia, un estudio de Microsoft reveló que dos de cada tres MiPymes ya utilizan IA para mejorar su productividad, garantizar la continuidad del negocio y ofrecer mejor servicio; el 48 % tiene una estrategia formal de IA, y el 40 % avanzó significativamente en el último año, aunque un 63 % reconoce la necesidad de cambios culturales para aprovecharla al máximo.
La revolución digital que estamos viviendo no es exclusiva de las grandes corporaciones. Por primera vez, la tecnología más avanzada está al alcance de todos. Y en ese fuego compartido —como el que Prometeo robó a los dioses para entregárselo a los hombres— está la verdadera transformación. "
El comercio del futuro no será sólo más rápido, más eficiente o más rentable. Será más justo, más abierto y más humano. Porque cuando la tecnología se democratiza, el progreso deja de ser privilegio y se convierte en posibilidad", concluye
Pilossof.