En su columna, Daniel Esteban, investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales de UADE analiza la gestión de los recursos humanos en la prensa. “El liderazgo es una pieza fundamental para el éxito de cualquier organización”, detalla.
Por el Dr. Daniel Esteban, investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales (INSOD) de UADE.
En un mundo donde las empresas compiten en un mismo mercado, con tecnología similar y recursos comparables, es esencial preguntarnos por qué algunas sobresalen, mientras otras se rezagan. La respuesta radica en la forma en que se gestionan los recursos humanos. El liderazgo es una pieza fundamental para el éxito de cualquier organización. En la última década, se ha destacado su creciente relevancia en la consecución de objetivos y resultados empresariales.
En la era del conocimiento, las organizaciones que puedan maximizar el potencial de sus empleados son las que prosperen ¿Y en el contexto de medios impresos? ¿Cuáles son las implicancias del liderazgo? ¿Cuál es el correcto rol del líder en la adaptación y la competitividad?
La industria de medios impresos en Argentina enfrenta una transformación sin precedentes, sumado a un gran desafío. Las preferencias de los consumidores cambian a diario, la tecnología avanza rápidamente y los modelos de negocio se ven constantemente perturbados. Los líderes de estas empresas ya no pueden limitarse a ser expertos en medios de comunicación; deben ser visionarios empresariales que tomen decisiones con una mirada innovadora.
En este entorno cambiante, el aprendizaje continuo (long life learning) se convierte en un activo fundamental. Los líderes necesitan transformar la cultura de la empresa en un activo, alineando los objetivos de los trabajadores con los del medio. Para ello, es esencial entender las necesidades de las nuevas generaciones, promoviendo la libertad sobre el control y fomentando la participación de los colaboradores en la toma de decisiones.
¿El liderazgo podría transmitirse de generación en generación?
Justamente, un estudio del University College de Londres (UCL) -que incluyó investigación interdisciplinaria con académicos de las universidades estadounidenses de Harvard, NYU y California- lo responde. Su gran conclusión es que las diferencias genéticas se asocian significativamente con la probabilidad de que las personas asuman responsabilidades de gestión.
Como lo señala
Eriel Levitzky, hay un gen del liderazgo que nos proporciona los talentos para desempeñarnos con eficiencia en el rol de jefe, pero reconoce que las habilidades y competencias pueden incrementarse y perfeccionarse a través de la educación específica o universitaria con la que se potencia a los futuros líderes.
Si bien debe pensarse como una competencia a desarrollar con la educación continua, los genotipos también desempeñan un importante papel para predecir las probabilidades de ocupar con éxito un cargo directivo.
El líder se erige como el factor clave para la adaptación de una organización y la consolidación de su ventaja competitiva. En este sentido, el futuro de una empresa depende en gran medida de su capacidad para cultivar un liderazgo idóneo y comprometido. Más que directores, se requieren líderes, especialmente aquellos que practican el liderazgo transformacional. Ellos empoderan a sus subordinados al brindarles un propósito y sentido a sus actividades.
En un contexto caracterizado por cambios constantes y evolución acelerada, es imperativo contar con líderes capaces de guiar a sus equipos hacia los objetivos de la organización. La influencia en sus seguidores, sus habilidades sociales y conducta son de vital importancia, pues se relacionan directamente con la productividad de los equipos y, en consecuencia, con los resultados de la empresa, contextualizada en su clima organizacional.
El liderazgo actúa directamente en los atributos que influyen en el clima organizacional -por sus habilidades y competencias- y, por consiguiente, en el desempeño de los trabajadores. Impacta de forma directa, motivándolos a alcanzar los objetivos de manera eficiente, lo que contribuye a crear una organización rentable y sostenible en el tiempo.
En este contexto de transformación, los líderes efectivos deben ser visionarios que fomenten el aprendizaje continuo y alineen los objetivos de la empresa con los de sus empleados. Como nos guio
John Quincy Adams: “
si quieres ser un verdadero líder, debes inspirar a los demás a soñar, aprender y hacer más”.