La inteligencia artificial generativa lleva varios años formando parte de nuestra vida cotidiana. Está en las noticias, la usamos como recurso, como buscador, como aliado, como recomendador o para sacarnos la curiosidad. Pero, ¿por qué aumenta ahora la conversación y sube el volumen? Escriben Victoria Wolcoff y Mercedes Roldán.
Por Victoria Wolcoff, Research Director de dentsu Argentina y Mercedes Roldán Verges, Strategy Director de dentsu Argentina.
La inteligencia artificial generativa lleva varios años ya formando parte de nuestra vida cotidiana. Está en las noticias que leemos, vemos o escuchamos. La estamos usando como recurso, como buscador, como aliado, como recomendador o para sacarnos la curiosidad. Aunque, la IA está dando vueltas hace tiempo, ¿por qué aumenta ahora conversación y sube el volumen?
Porque la expansión fue exponencial a partir de la liberación de la herramienta ChatGPT de Open AI. Mientras que a Netflix le llevó 3,5 años alcanzar el millón de usuarios y a Instagram le tomó 2,5 meses, ChatGPT lo hizo en 5 días cuando lanzó el acceso gratuito. Esta aparición dio masividad a la interacción entre IA & humanos, nos permitió jugar con la tecnología que hasta ahora se presentaba como “mágica” y de expertos.
Obviamente, esta expansión tiene repercusiones en la industria publicitaria que puede usufructuar la rápida generación de contenidos y la conexión de marcas con sus audiencias. Se previeron infinitas soluciones a problemas pequeños y medianos. Además de generar imágenes desde texto (que en las últimas semanas la IA además de imágenes disruptivas generó conversación y polémicas) también nos ayuda a desgrabar audio a texto, crear videos, codificar, investigar, hacer actuar a avatars que no son reales, llevar textos a voz están entre las capacidades existentes. Y ya podemos delegar estas tareas a la IA.
El uso de la IA, está trayendo mucha conversación y miedos con respecto a los límites y usos de la misma. Dudas sobre si va a reemplazar nuestros puestos de trabajo, dudas sobre si las noticias, fotos que vemos son reales o no, dudas sobre la confiabilidad de los resultados que obtiene, entre otros. Todos tenemos en nuestra memoria, más de una película de ciencia ficción en donde la IA tomaba el control sobre la humanidad, y ese futuro distópico está en el imaginario de todos. Quizás lo que nos aleja, todavía, de ese futuro, son las limitaciones físicas de estas tecnologías, que requieren por ejemplo una cantidad excesiva de agua limpia para su uso, y sabemos que ese recurso es limitado.
Aunque el miedo a que nos domine, podríamos retrasarlo, hay otras preocupaciones que vienen creciendo, como por ejemplo el impacto en el medio ambiente. Sin entrar en detalle, las preocupaciones incluyen consumo excesivo de energía, generación de residuos electrónicos, consecuencias perjudiciales en los recursos naturales como el consumo de agua.
La aplicación masiva de IA es muy reciente y aún no regulada. Su regulación es una necesidad creciente no solo por el impacto en el medio ambiente sino también por implicancias potenciales en el derecho de autor y riesgos en la seguridad o integridad de los seres humanos que se afronta desde los posibles usos hasta en los sesgos y en los errores propios de la tecnología.
Pero hay más a poner en consideración, además del criterio. Parece que oscilamos entre el uso indiscriminado y el miedo a que nos reemplace y desplace. Encontrémonos en el medio. No hace falta ser tecnofóbicos y tecnofílicos si podemos amigarnos con la idea de que es una herramienta para ser utilizada por nosotros y a nuestro favor.
Probemos un enfoque distinto. Qué pasaría si hacemos foco en las posibilidades que estas herramientas nos habilitan. Aún sin perder la perspectiva crítica, cómo percibiríamos a las IA si en vez de una amenaza viéramos más tiempo para tareas cualitativamente más significativas en vez de procesos rutinarios. Si generáramos eficiencias en algunos recursos y cerráramos gaps en otros.
La inteligencia artificial bien entendida y usada tendría que apalancar a las personas, amplificar sus capacidades y democratizar el conocimiento. Esa es nuestra visión para el uso de IA. En dentsu, ya forma parte de nuestras herramientas en distintos niveles, y hace tiempo. El foco del uso que le damos tiene que ver en empezar resolviendo un sinfín de microtareas que nos ayudan a tener entregables de mejor calidad en menos tiempo y de manera homogénea en todos los niveles