En el mundo actual, no se concibe que una marca pueda subsistir sin formar parte del universo de la publicidad digital. Y las redes sociales se adaptan para integrar a los anunciantes a su lógica, como parte intrínseca de la experiencia que ofrecen. Escribe Lucía Rivarola, de IMS by Aleph.
Por Lucía Rivarola, Associate Research Analyst & Writer en IMS by Aleph.
En el mundo actual, no se concibe que una marca pueda subsistir sin formar parte del universo de la publicidad digital. Cada vez son más las empresas que deciden adentrarse en este espacio para potenciar sus negocios y, acompañando este ritmo de crecimiento, las redes sociales se adaptan para integrar a los anunciantes a su lógica, como parte intrínseca de la experiencia que ofrecen.
Este mecanismo simbiótico entre marcas y anunciantes, que va mutando según las necesidades del mercado, ha resultado en un crecimiento disparejo: la demanda de anunciantes es mucho mayor a la cantidad de espacios donde anunciar, lo que a veces genera saturación de publicidad en algunas redes sociales.
En este contexto, la búsqueda por parte de los anunciantes por encontrar nuevos espacios donde captar a las audiencias es exhaustiva. Espacios digitales como el metaverso se observan con gran deseo y se buscan nuevas alternativas. Pero, en medio de esta urgencia de migrar hacia nuevas plataformas, hay una red social que tiende a pasar desapercibida y que todavía posee un gran potencial por explotar: LinkedIn.
En los últimos años, LinkedIn se ha posicionado como una de las redes sociales más elegidas por los profesionales, ya que se caracteriza por su contenido de calidad, que genera valor y es más fiable que otras plataformas. Pero, según un reciente informe de IMS by Aleph, las marcas todavía no han sacado todo su provecho, dado a que existen 30% menos de anuncios allí en comparación con otras redes.
Detrás de una fachada rígida que podría llevar a muchos a pensar que se trata de un espacio con poca interacción y alcance, se esconde un universo colmado de oportunidades, y los datos avalan esta hipótesis.
Haciendo foco en las audiencias, nos encontramos usuarios con características e intereses de calidad, que ingresan a la red para encontrar trabajo, seguir novedades profesionales y mostrar sus experiencias laborales. Según el mismo estudio -realizado en base a un informe de Nielsen de septiembre de 2022-, el 70% afirman que la usan para encontrar nuevas ideas e inspiración y el 72% que utilizan la herramienta para estar al tanto de noticias y eventos; estas cifras están por lo menos cinco puntos porcentuales por encima del promedio del resto de las redes sociales más relevantes.
Además, si analizamos el esqueleto de su composición, el 70% de los usuarios cuenta con alto nivel de estudios alcanzados y el 7 de cada 10 tiene un ingreso mayor al promedio. Estos profesionales participan de la plataforma porque consideran que contiene contenido profesional, útil y serio, lo que genera mayor confianza.
Ahora bien, ¿cómo se traduce esto en oportunidades para anunciantes? Al tener menor impacto publicitario, la plataforma se percibe como orgánica y sin saturación de anuncios, esto hace que los usuarios sean más propensos a interactuar.
Según el reciente estudio de IMS by Aleph, un 22,5% afirma haber clickeado en un anuncio encontrado en una red social en el último mes y 4 de cada 10 usuarios de LinkedIn dicen haber conocido marcas por medio de sus anuncios, registrando el mayor porcentaje de conocimiento por anuncios entre el resto de las plataformas. Además, 1 de cada 2 usuarios considera recomendar productos que vieron en LinkedIn, debido a que su publicidad se percibe como útil y eficaz.
Podríamos afirmar, entonces, que la sumatoria de un espacio sin saturación publicitaria, contenido cuidado y confiable, y una audiencia de calidad, posicionan a LinkedIn como una plataforma ideal para la comunicación de marca. Una oportunidad que pocos están viendo.