Televisa y Univisión arrancaron en EEUU un juicio clave. El pleito podría poner fin al acuerdo comercial estratégico entre los dos gigantes. Hay en juego u$s 1.600 millones.
Los seguidores de telenovelas como "Cuidado con el Ángel" y Fuego en la Sangre" podrían perderse su final. Todo dependerá de una demanda presentada esta semana en Los Angeles por el grupo Televisa contra la cadena hispana Univision. El grupo de medios mexicano argumenta que no ha recibido un pago millonario por los derechos de emisión de su programación.
Este "matrimonio de conveniencia" entre Univision -la cadena de televisión en español más grande de Estados Unidos- y Televisa -la principal compañía de medios de México-, que celebró su enlace en 1992, podría llegar a su fin con este juicio. Además, Televisa podría incluso comenzar a coquetear con uno de los rivales de Univisión, Telemundo, propiedad de General Electric.
Según los expertos, Televisa, que exige el pago de 102 millones de dólares en regalías, podría estar buscando un nuevo socio que pague más dinero por su programación.
"Televisa dice basta, basta, no queremos más demandas. Dejemos que cada socio siga su camino y se vaya por su cuenta", afirmó el abogado Marshall Grossman, que representa al gigante mexicano.
Así las cosas, Univision tiene todas las de perder. Y es que el 80 por ciento de la programación con mayor audiencia de esta cadena, que cuenta con 64 estaciones de televisión en Estados Unidos y Puerto Rico, es suministrada por Televisa. Además, dicha programación representa el 35 por ciento de los 1.600 millones de ingresos por publicidad.
Según los últimos datos de Nielsen, actualmente Univision es la quinta cadena de televisión con mayor número de televidentes del país, después de CBS, ABC, Fox y NBC. Y como caso particular destaca el mercado de Los Angeles, en donde su subsidiaria KMEX es la estación de televisión más vista por adultos entre los 18 y los 49 años, sin importar el idioma.
Asimismo, y a diferencia de sus cuatro rivales en inglés, que cada vez pierden más televidentes, Univision no para de crecer. Las cifras dejan ver un crecimiento del 11 por ciento respecto al año pasado.
Pese a todo, en diciembre de 2008 la firma financiera Moodys realizó una reducción de calificación sobre Univision por su deuda corporativa, argumentando una disminución en el gasto de publicidad para este año. Esta opinión negativa fue dada teniendo en cuenta que Univision y Televisa continuarían con el acuerdo de programación hasta el año 2017. Así que de llegarse a dar un veredicto en contra de Univision, se auguran más bajas de calificación para estos valores.
El primer litigio entre las dos empresas data del 2005, cuando Televisa demandó a su socio con sede en Nueva York por no darle regalías sobre la publicidad presentada durante los premios "Lo Nuestro", un espectáculo de premiación al talento musical latino.
En su defensa, Univision señaló que bajo este acuerdo no tiene que pagar regalías por el tiempo de publicidad no vendida que se utiliza para promociones de sus subsidiarias.
Andrew Hobson, jefe financiero de la cadena hispana, asegura que existe un plan de contingencia en caso de que la estación llegara a perder el caso. Hobson no precisó detalles, pero predice que se tendrá acceso a dicha programación con una apelación si fuese necesario.
Los expertos creen que Televisa intenta apoderarse de este gran público de hispanohablantes en Estados Unidos, algo que podría ser posible si llega a asociarse con Cascade Investment y Brain Capital, conglomerado con el cual intentó comprar Univision en 2006. Un triunfo que tendría un efecto muy positivo en sus acciones.
El abogado de Univision, John Keker, aseguró que la demanda presentada fue una táctica del presidente de Televisa, Azcarraga Jean, para asustar a postores como Walt Disney, Time Warner y Comcast, que también entraron en la puja por la empresa.
Este juicio, que cuenta con nueve personas en el jurado, entre los que hay cuatro latinos, podría definirse en tres semanas, a no ser que se produzca un acuerdo extrajudicial. Se trata de una batalla multimillonaria para dominar el mercado hispano. El ganador podría definir la suerte de la televisión en español en Estados Unidos.