Alejandro Olmos, director del Diario Crónica escribió una reflexión sobre por las 20.000 tapas de crónica. En columna hace un análisis del diario desde 2005 hasta la actualidad, los procesos que fueron llevando a cabo y el agradecimiento a quienes acompañaron en este tiempo.
Por Alejandro Olmos
Directo del Diario Crónica
En el 2005 recibimos un diario en terapia intensiva, al borde de su muerte. Heredamos un diario de sólo 16 páginas. Con una editorial totalmente anárquica, emprendimos esta histórica aventura. Desde allí fue la reconstrucción de un gigante del periodismo, el que siempre estuvo en manos del gran creador de Crónica, Héctor Ricardo García.
Pasamos muchos procesos. Hasta que encontré el armado de un equipo que sacaría adelante al gigante dormido. Aquel que llegó a vender más de un millón de ejemplares por día. Cuando analizamos Crónica, podemos encontrar vida en sus secciones.
Policiales, un bastión de Crónica desde su nacimiento, no se hizo solo: fue la insistencia de periodistas que aturdían a los comisarios para que revelaran los más peligrosos títulos que más tarde serían parte del matutino. Los burros, las quinielas y las loterías de todo el país, grandes compañeros de Crónica, inolvidables momentos de tensión junto a sus lectores, han sabido repartir millones de esperanzas.
El fútbol y el hincha, sentimientos que marcaron la historia del deporte argentino y también las palpitaciones de esos corazones sedientos de gloria, nuestros lectores. Una pavada es el espectáculo en Crónica, siempre primicia, un paso adelante, con la búsqueda de la verdad aunque duela. Y lo más impactante de sus portadas, los títulos y las fotografías, donde cada foto tomaba vida y contaba una historia. Todos estos emblemas tuvimos que reparar.
En el 2014 convertimos una redacción gráfica en una redacción convergente, una de las primeras en el país. Convirtiendo la tinta en digital, educando a nuestros equipos en que ya el papel no estaba solo, que tenía que convivir con nuevos integrantes en la usina informativa.
20.000 días de Crónica no es fácil. Crónica no se edita sola, se piensa junto a los lectores, quienes son los verdaderos dueños de la palabra, los que hacen realidad que Crónica exista. Y el apoyo incondicional de nuestros distribuidores y canillitas, porque sin ellos el matutino no llegaría a las manos del pueblo.
Crónica es Argentina, siempre lo vas a mirar de reojo en algún momento de tu vida. Porque sabés que ahí se encuentra la noticia que no se negocia. Por último, la política en el diario Crónica no es relevante ya que no es un diario para el político, sino para el pueblo, para los trabajadores, para el desamparado.
Viví varios procesos en la redacción de Crónica: desde esperar en el medio de la calle en la madrugada que doblara el camión con papel para imprimir, hasta ver un diario lleno de suplementos, revistas y a todo color. Siempre la mejora continua fue el objetivo, dar lo mejor a nuestros lectores y que, por sobre todas las cosas, sientan que cada vez que compran el diario están en sus casas. Porque Crónica no es un diario, Crónica sos vos.