Las marcas coinciden cada vez más que los influencers son eficaces para llegar a nichos de audiencia. Lo primero a tener en cuenta es que se trata de personas que no son aficionados, sino creadores de contenidos que han hecho de la plataforma de Google su trabajo.
Las marcas han descubierto en los influencers un auténtico filón a la hora de llegar a nichos de audiencia. Pero prácticamente a diario somos testigos de cómo los anunciantes no han terminado de comprender a estos profesionales, y vemos muchos casos en los que la relación no termina como se había planeado.
Ha llegado el momento de que las marcas entiendan que deben trabajar mano a mano con los influencers y no contra ellos (y su creatividad).
Lo primero que debemos tener en cuenta es que los influencers, al menos los que se dedican a de forma profesional, no son aficionados. Estamos ante personas que han hecho de la plataforma de vídeo de Google su trabajo. Son creadores de contenidos que dedican horas y grandes esfuerzos a cada uno de sus vídeos para satisfacer las demandas de su fidelizadas audiencias.
Estamos ante los marketeros más sofisticados de la era digital y las marcas tienen que apoyar y fomentar tanto su talento como libertad creativa. En caso de coartar el segundo concepto o intentar imponer nuestras normas, se pierde la preciada honestidad y transparencia.
Si no está dispuesto a aceptar la forma de trabajar de un influencer, lo único que tienen que hacer es buscar otro. Nunca intente forzar nada con un influencer que no comparte sus valores y principios o la jugada puede salir realmente mal.
Están comprometidos con sus comunidades para las que crean contenidos y están encantados de hacerlo. Recientes encuestas realizadas entre estos profesionales señalan que pueden dedicar más de seis horas al día a la creación de contenidos o tres horas diarias para alimentar de contenido de calidad redes sociales como Instagram.
Y vamos un paso más allá. Los influencers están cambiando las bases tradicionales de las estrategias publicitarias y marketeras. Y es que han hecho evolucionar el concepto de “celebridad”.
Hemos visto como cada vez más un mayor número de celebridades tradicionales se ven relegadas en pos de estos nuevos y creativos profesionales. Y la razón reside en conceptos tan básicos como la honestidad, la naturalidad y la transparencia con la que se dirigen a sus audiencias.
Estamos ante personas reales que crean contenido genuino y honesto. Esta puede que sea la mejor definición de influencer. Han demostrado que hay una forma diferente de comunicar y llegar a la audiencia certera de forma cercana y en su lenguaje. Y la clave reside en el contenido.
Fuente: Marketing Directo