La decisión de que el gobierno francés sea de ahora en adelante el que nombre al director de la televisión pública fue denunciada por la oposición de izquierdas y diversos sectores como un intento del presidente Nicolas Sarkozy de controlar los medios informativos.
La decisión de que el gobierno francés sea de ahora en adelante el que nombre al director de la televisión pública fue denunciada por la oposición de izquierdas y diversos sectores como un intento del presidente Nicolas Sarkozy de controlar los medios informativos.
Sarkozy anunció el miércoles que el presidente del grupo de televisión pública France Televisión será nombrado por el Ejecutivo tras opinión conforme del organismo superior de control del audiovisual (CSA) y bajo reserva de que una mayoría calificada de parlamentarios no se oponga.
Desde que llegó al poder, hace más de un año, los vínculos de Sarkozy con los principales patronos de los grupos de medios de comunicación privados, en particular televisivos, suscitaron controversia.
El presidente francés ha sido acusado de haber intervenido en el pasado para provocar el despido de algunos periodistas.
Entre las reacciones, una de las más significativas provino de la organización de defensa de la libertad de la prensa Reporteros sin Fronteras (RSF), que consideró este jueves "inaceptable" e "inquietante" el anuncio del presidente.
"La decisión de Nicolas Sarkozy da al poder ejecutivo la capacidad de controlar la línea editorial de los medios públicos. Es inaceptable en 2008 en un país democrático como Francia", estimó RSF en un comunicado.
"El presidente de la República asesta un duro golpe a la independencia de los medios informativos", estimaron por su parte los diputados socialistas que participaron, antes de retirarse, en la comisión que elaboró el informe de base para la reforma.
"Dentro de poco, Putin y Berlusconi se van a poner envidiosos", comentó un diputado socialista.
Como prueba de lo controvertido del anuncio, las críticas al anuncio presidencial, si bien más veladas, también vinieron del propio gobierno.
El secretario de Estado encargado de los Asuntos Europeos, Jean-Pierre Jouyet, declaró "no gustarle" la idea de que el director de France Televisión sea nombrado por ejecutivo.
Jouyet explicó que la medida le evocaba la época en que existía el organismo de radio y televisión (ORTF), emanación directa del poder en la época del general de Gaulle.
Respondiendo a estas críticas, la ministra de la Cultura Christine Albanel aseguró que el proceso de nombramiento del máximo responsable de la televisión pública sería "controlado de manera completamente democrática".
Hasta ahora, el director del grupo France Televisión era nombrado por el CSA, organismo que si bien está integrado por nueve miembros nombrados por el presidente, además de dos representantes del Parlamento, servía ante todo de intermediario en caso de cambio de mayoría.
El diario francés Libération, que destacó este jueves la concentración de la prensa en manos de grupos cuyos ejecutivos son "verdaderos compinches" de Sarkozy, calificó en su editorial la decisión presidencial en relación a la televisión, como un "increíble paso atrás".
El mandatario francés anunció también el término de la publicidad en los canales de la televisión pública a partir del próximo año y el establecimiento de un nuevo impuesto a los operadores de telecomunicaciones y de internet de un 0,9% sobre sus beneficios.
El presidente de la televisión Canal Plus y también de la asociación de cadenas privadas, Bertrand Méheut, dijo que consideraba profundamente antiliberal un impuesto a los operadores privados para financiar la televisión pública, por la cual los usuarios ya pagan un derecho.
Para los sindicatos del sector que la semana pasado llamaron a un paro de actividades durante 24 horas, todas estas medidas apuntan a favorecer a las cadenas del sector privado que recuperarán la publicidad que abandonará el audiovisual público.