Jorge Carbonell, presidente de la agencia SCA, que transita su 10º aniversario en la industria publicitaria, habló con Totalmedios. El directivo hizo un balance de los 10 años de la agencia y las claves de su crecimiento. Además, reflexiona sobre los desafíos que enfrenta el negocio local.
Jorge Carbonell, presidente de la agencia SCA, que transita su 10º aniversario en la industria publicitaria, habló con Totalmedios. El directivo hizo un balance de los 10 años de la agencia y las claves de su crecimiento. Además, reflexiona sobre los desafíos que enfrenta el negocio local.
“El momento que vive la agencia es el mismo momento que vive el país”, afirmó Carbonell, “un momento incierto para la publicidad, con campañas suspendidas, productos que se vencen en el puerto, insumos fundamentales que no ingresan al país, lo que se traduce en campañas que no se emiten. Vivimos la falta total de un programa que nos permita planificar asumiendo un riesgo razonable”.
También era de incertidumbre el contexto en que nace SCA, luego de la crisis económica argentina del 2001. Sin embargo, Carbonell y su socio, Julio van Haezevelde, supieron “pilotear” los obstáculos, llevando a la realidad un pensamiento sólido, responsable y coherente de trabajo, focalizado en la relación agencia-cliente y, fundamentalmente, en lograr un clima interno de trabajo estable y de crecimiento profesional, que a lo largo de la década le permitió a la agencia crecer en volúmenes de facturación, tasa de conservación de clientes, cantidad de personal y divisiones de trabajo especializadas que se convirtieron en sociedad anónimas que hoy integran al Grupo SC de empresas de comunicación: e4, P+ y SCA, con inversiones en Vulgaria y Rugby Fun.
Totalmedios: ¿Cómo nace SCA?
Jorge Carbonell: La agencia nace en Buenos Aires en el año 2002, momento en que decidimos asociarnos con Julio van Haezevelde y fundar juntos SCA, una agencia de publicidad integral que incluye servicios de compra y planificación de medios.
Por ese entonces, yo venía de de trabajar como director de cuentas en Casares Grey / Grey Argentina y Julio como gerente de producto para las marcas Clarín y Olé. Con el pasar de los años, SCA dio origen al Grupo SC de empresas de comunicación.
TM: ¿Qué balance podes hacer de estos 10 años?
J.C.: El balance es positivo. Hemos generado trabajo para nosotros y para muchas personas que hoy tienen un plan de crecimiento y sabemos que, a partir del clima de trabajo existente y la poca rotación de personal, la agencia es un buen lugar para trabajar, crecer y desarrollarse.
Desde los números, SCA ha crecido en forma destacada todos los años; en clientes, facturación y personal. A nivel de facturación, estamos entre las primeras agencias nacionales.
TM: ¿Cuáles crees que son los motivos por los que han crecido sostenidamente en el tiempo?
J.C.: Tener un discurso sólido y coherente con la forma de actuar, orgullosos de nuestro pasado, nuestro presente y entusiasmados con el futuro. Todo esto se traduce en un porcentaje alto de retención de clientes que acepta nuestro estilo, quizás distinto a la mayoría de las agencias, un estilo que no es mejor ni peor, pero que es nuestro y nos hace ser auténticos.
TM: ¿Qué puntos identifican como significativos en estos años? ¿Con qué obstáculos se encontraron en el camino? ¿Cómo los superaron?
J.C.: Estar atentos asumiendo el desafío de crecer, creando divisiones que una vez consolidadas como negocio se establecieron como empresas independientes y asociando a los responsables originales de esas divisiones a las nuevas empresas.
Los obstáculos son la falta de una política nacional de apoyo a la PYMES, la falta de crédito, el poco incentivo a emplear gente, las retenciones impositivas injustas por excesivas y el permanente arriesgar todo, no algo. Uno arriesga todo todos los días.
Esto nos exige mucho sacrificio, permanente foco al negocio, ser flexibles a la hora de buscar una remuneración, no renunciar nunca al objetivo de lograr una remuneración justa y trabajar con clientes donde se privilegia el largo plazo, el ser socios, y tener una visión de futuro que, aunque cueste, sea optimista.
TM: ¿Cómo definirían el momento actual por el que está pasando la agencia?
J.C.: El momento que vive la agencia es el mismo momento que vive el país. Un momento incierto, sometidos a discursos de políticos que están disociados de la realidad, con campañas suspendidas, productos que se vencen en el puerto, insumos fundamentales que no ingresan al país, lo que se traduce en campañas que no se emiten. En fin, vivimos la falta total de un programa que nos permita planificar asumiendo un riesgo razonable.
TM: ¿Qué cambia a partir de ahora? ¿Por qué están los que están?
J.C.: Estadísticamente, muchísimas empresas fracasan en los primeros 5 años de vida. Son pocas las empresas que logran cumplir 10 años, y el cambio para encarar los próximos años es que contamos con la experiencia.
Desde los socios, nuestra relación es inmejorable fundamentada en la confianza. Desde los equipos de trabajo, saber que contamos con las personas que queremos en cada puesto, para nosotros, los mejores profesionales.
TM: ¿Cómo ven, en general, el mercado actual de las comunicaciones de marketing? ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el negocio?
J.C.: El mundo de las comunicaciones evoluciona en los formatos pero los principios de la comunicación siguen siendo los mismos. Detrás de una televisión, una radio, un diario o una revista está la misma gente que detrás de un mobile, una notebook o una tablet, a lo sumo todos en situaciones distintas, pero son las mismas personas.
El desafío es no perder el foco y asumir con humildad que las comunicaciones publicitarias son sólo una parte de una serie de cosas que suceden para que un producto esté frente al público en un determinado momento, quizás en una góndola, y que éste sea elegido.
Creo que los publicitarios deben ser simplemente eso, un eslabón más en la cadena de comercialización de un producto o servicio y asumir la comunicación con todo el criterio ético de responsabilidad pensando que cada cosa que hacemos comunica y que, al fin y al cabo, quienes reciben el mensaje son nuestros amigos, nuestros hijos, nuestra gente, y no desconocidos.