Es la actividad favorita para el marketing deportivo en el arranque del año. Entre la Davis y el ATP de Bs As, las marcas invirtieron unos $ 5 millones entre publicidad y acciones de marketing.
Y todo por culpa de unos shorts denim (de tela de jean) y unas bandanas. Desde que el contrato entre el norteamericano Andre Agassi y Nike, considerado el más redituable de la historia para la marca deportiva, reinventó a fines de los 80 la relación entre el tenis y el marketing, ya nada fue lo mismo.
En la Argentina, la actividad es el plato fuerte del marketing deportivo en al arranque del 2008, con la Copa Davis y el torneo de ATP de Buenos Aires.
A ambos certámenes se sumaron mas de una veintena de marcas que invirtieron, entre campañas tradicionales asociadas a los eventos, promociones y otros gastos, unos 5 millones de pesos, estiman los organizadores.
"Es un deporte atractivo para las marcas, aspiracional, dinámico y que cruza estratos muy diversos: se puede jugar de los 15 a los 70 años", dice Guillermo González Taboada, presidente de González Taboada-Guevara, la agencia que se encargó de la publicidad de Kia para la Davis. Y agrega que "tiene, como ningún otro deporte, una audiencia muy pareja entre hombres y mujeres".
Para el ATP se anotaron como sponsor principal Telmex (es la Copa Telmex), Prosegur (que se encarga además de la seguridad del certamen), Mercedes Benz, Raymond James, Aguas Argentinas, Lan, Topper, Gatorade, Visa, Lacoste, Patio Bullrich, La Nación, Chandon, Medicus, Zecat y H2Oh.
En la Copa Davis hay sponsors como Kia, Edenor, SAP, BNP Paribas, Lo Jack, la cadena hotelera NH y el Ayuntamiento de Madrid, entre otros.
Cada marca invierte, en promedio, unos $ 200.000 sólo en pauta tradicional asociada al evento, "que rinde mucho, porque estamos en verano y los espacios son más baratos", explica González Taboada. A eso se le suman unos $ 100.000 de "Hospitality" (invitaciones especiales, gastos de recepción, carpas VIP, comida, regalos para los invitados, etc).
La invasión de la publicidad a los estadios, con celulares que repiten las jugadas y ball boys reemplazados por modelos, es un tema polémico entre los jugadores.
En un reportaje reciente, Agustín Calleri se quejó de que "es lamentable que el tenis esté en manos del marketing".
Pero en el circuito profesional son pocos los que se quejan. Un top 20 cobra un mínimo de US$ 20.000 para venir a una exhibición de un solo partido. Mucho más alto es el cachet de Roger Federer o Rafael Nadal, que el año pasado jugaron "la batalla de las superficies" a instancias de una idea del publicista Pablo del Campo.
Los especialistas en marketing deportivo aseguran que al tenis le falta un calendario más regular en la Argentina para desarrollarse a pleno. Por lo pronto, la publicidad y el deporte blanco tienen un punto en común: hay pocas actividades con tanta densidad de argentinos en la elite mundial.
Fuente: Clarín