Mientras astros como Ronaldinho y Beckham entran en su ocaso, cada vez más empresas quieren asociar su imagen con el delantero argentino. Son 14 las marcas que patrocinan a la Pulga. Se calcula que ya firmó contratos por más de u$s 50 millones.
Mientras astros como Ronaldinho y Beckham entran en su ocaso, cada vez más empresas quieren asociar su imagen con el delantero argentino. Ya suman 14 y la hinchada propia del Pulga incluye desde alimenticias hasta fabricantes de consolas de videojuegos, marcas de indumentaria y calzado informal y proveedoras de servicios financieros
Con los astros más fulgurantes de la industria del fútbol –el inglés David Beckham y el brasileño Ronaldinho– ingresando en su ocaso, Lionel Messi asoma como la estrella en ascenso. En 2008 empezó la Era de Lio: el 1º de enero, entró en vigencia su nuevo contrato con el Barcelona, renovado a fines del año pasado (por tercera vez en dos temporadas) y con una mejora económica tal que lo convierte en uno de los jugadores mejores pagos del club catalán. Messi cobrará 8,5 millones de euros anuales hasta 2014, 54% más que su vínculo anterior. Los dirigentes blaugranas, además, terminaron con una impotencia similar a la de los defensores que el rosarino desparrama por los campos de juego. Messi conservó la libertad para negociar sus contratos publicitarios, derechos que, en al menos un porcentaje, pretendía tener el Barça. El Pulga, que ya cuenta con una hinchada propia de 14 empresas, es una marca comercial que factura 28,2 millones de euros (u$s 41,3 millones), según calculó la consultora BBDO Alemania. Pero esa cotización quedó corta: se hizo hace dos años, una eternidad en los plazos con los que avanza la estela de Messi, quien emergió a principios de 2005 y recién en junio próximo cumplirá 21 años.
Messi ya vende bebidas (Pepsi), snacks (Lays) y comidas rápidas (McDonald’s); indumentaria informal (la italiana A-Style) y zapatos (Storkman); tarjetas de crédito (MasterCard), telefonía celular (Movistar), relojes (Mirage), electrodomésticos (Garbarino) y videojuegos (X-Box).
La semana pasada, extendió su vínculo con el Banco Sabadell. Según el presidente de la entidad española, José Oliú, desde que la sociedad empezó a tirar paredes con el zurdo captó 20.000 cuentas nuevas, de clientes en los segmentos más jóvenes. “En Messi buscamos, y hemos encontrado, asociarnos con una imagen joven, de éxito, emprendedor, con un perfil discreto”, explicaron en el banc catalán.
Aunque con menos palabras, el CEO del grupo Adidas, Herbert Hainer, dio una justificación parecida cuando explicó a sus accionistas por qué había firmado un contrato de 30 millones de euros –que le costó un juicio con su mayor rival, Nike– con un chico que tenía poco más de un año jugando en Primera División. “Es el próximo Maradona”, puntualizó Hainer en mayo de 2006, durante la presentación de los resultados de Adidas en 2005.
Faltaba un mes para el comienzo del Mundial de Alemania y la marca de las tres tiras –más local que nunca– había apostado fuerte por quien creía (bastante más que el propio técnico argentino, José Pekerman) sería la gran figura del torneo.
La oferta de Adidas –5 millones de euros anuales, hasta 2012– hizo que Messi rompiera, a fines de 2005, el precontrato que tenía firmado con Nike desde un año antes. Esto hizo que la estadounidense demandara un resarcimiento ante la Justicia española, que recién a comienzos de 2007 desestimó (en segunda instancia) el reclamo. Desde entonces, Messi se convirtió en uno de los íconos globales de las tres tiras y, también, en una de las mayores cartas que Julio Grondona, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), tiene para renegociar el contrato con Adidas. El actual vínculo con el proveedor de indumentaria de la Selección vence en 2010, después del Mundial de Sudáfrica.
Fuente: Cronista