El diseñador de packaging argentino, quien renovó la imagen de la mundialmente conocida cerveza Beck’s, ahora protagoniza la transformación visual de Kamenitza, la cerveza más importante de Bulgaria.
El diseñador de packaging argentino, quien renovó exitosamente la imagen de la mundialmente conocida cerveza Beck’s, ahora protagoniza la transformación visual de Kamenitza, la cerveza más importante de Bulgaria.
No extraña que su agencia, Pierini Partners, ya se haya consolidado como uno de los estudios de diseño de branding y packaging más importantes de la Argentina. Sin embargo sus proyectos no dejan de sorprender, tanto por la diversidad geográfica de sus clientes (entre los que se encuentran países tan contrapuestos como Tailandia, Colombia, Inglaterra, Turquía, Estados Unidos, Bolivia, Bélgica, Paraguay, Perú, o Bulgaria) como por la capacidad de poder manejar los códigos estéticos globales con gran comodidad.
Kamenitza es un nuevo ejemplo de ello. No se trata de una marca más, es “la” marca de Bulgaria, la cual desde hace 130 años se entrelaza con el vivir cotidiano de los habitantes de ese hermoso pueblo europeo.
El nuevo diseño comenzó con un estudio preliminar de la situación, para luego proceder a una etapa de diseño que se basaría en razones argumentales mucho más sólidas. De aquel análisis se concluyó que su estética estaba desactualizada. El consumidor se había renovado y era preciso que su cerveza también lo hiciera. No era para menos; el layout existente poseía una banda lateral básica, la cual actuaba como soporte de un logo extremadamente rígido y no existía integración entre el escudo, la marca, las medallas y demás información complementaria.
A partir de este diagnóstico, el reconocido diseñador argentino buscó generar una identidad mucho más personal, atractiva y memorable. Para ello, aggiornó en una primer etapa el escudo, el cual se tornó mucho más estilizado, elegante y atractivo magnificando su figura más emblemática: el león rampante. Luego dotó de valor al logotipo mediante un enriquecimiento estético del soporte (se sumaron líneas y filetes de contención) y la incorporación de rasgos personales en la tipografía, consistentes en formas más redondeadas y amigables como una eficaz manera de aportar mayor personalidad y reconocimiento.
La dureza se transformó en cercanía, la frialdad y falencias compositivas del ícono existente se convirtieron en elementos apetecibles y apropiables por el target.
En lo relativo a la paleta cromática, se continuó aplicando el color verde original ya que el mismo posee un valor histórico importante. Sin embargo fue enriquecido visualmente por la incorporación de elementos complementarios ubicados en el fondo del pack como una trama tipográfica en subtonos, y combinada con una referencia ampliada del león.
Por último, las medallas aportan un valor importante en lo que hace a conocimientos cerveceros de la marca, es por ello que se reforzó su presencia aplicándolas de forma modulada sobre la banda blanca vertical incorporándoles filetes y sombras.
La cerveza Kamenitza cumple 130 años y lo festeja con una nueva identidad y un packaging renovado que logrará ubicarla de cara al nuevo siglo hablándole a sus consumidores, a partir de ahora, de igual a igual haciéndose portavoz de sus necesidades y tornándose un cómplice real de sus mejores momentos.